FUENTE: Elmundo.es
Los tipos de interés representan el precio del dinero y se establecen como consecuencia de la oferta y la demanda en el mercado. Así, en un préstamo podemos decir que el tipo de interés responde a la cantidad extra que debe pagar una persona o sociedad por disponer de liquidez financiera durante un espacio temporal.
En estos casos también hay que sumarle a la operación de financiación lo que se consideran las «primas de riesgo» para una entidad bancaria. Definen también su beneficio gracias al empleo de índices complementarios en la operación como el Euribor.
Existen cuatro tipos de interés:
- Interés fijo: Como dice su nomenclatura representan la aplicación de un interés fijo en toda la operación financiera. Habitualmente tienen un interés mucho más elevado, pero ante los últimos cambios del mercado muchos créditos hipotecarios están mutando de su origen variable a fijo.
- Interés variable: Su interés se actualiza cada 6 o 12 meses en función del mercado marcado por el índice del Euribor en las hipotecas particulares.
Estas son sus principales características: el interés varía al ritmo del mercado, el plazo de amortización es mayor -puede llegar a veinte o treinta años- y la comisión por amortización anticipada no supera el uno por ciento. También puede tener unas condiciones para la primera parte del crédito y otras para la parte final. - Interés mixto: Combina las dos modalidades marcadas por un interés fijo en los primeros años y uno variable en el tramo final de una operación que puede enmarcarse en plazos de 30 a 40 años.
- Cuota fija: Se parece a los préstamos a tipo fijo en la medida en los que el cliente siempre paga la misma cuota al margen de la evolución de los tipos de interés, pero realmente son más variables. Si los tipos suben, en lugar de pagar más cuota, se alarga el plazo de amortización. Esta situación crea gran incertidumbre entre los clientes.
QUÉ SUPONE UNA SUBIDA DE LOS TIPOS DE INTERÉS
Una subida de los tipos de interés perjudica a los que dispongan de hipotecas con interés variable, puesto que pagarán más en cada cuota mensual, y la financiación para las empresas será más complicada. En cambio, dentro una situación alcista salen beneficiados los pequeños ahorradores que adquieran productos de ahorro con remuneraciones fijas, en los últimos años casi inexistentes, y también los los que adquieran bonos del Estado. Además, de los prestamistas de empresas.
FUENTE: Elmundo.es
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