Casi seis de cada 10 hipotecas constituidas el pasado abril contemplaban unos tipos de interés fijos (un 58,5% exactamente). La cifra, un récord absoluto en la serie histórica del INE, impresiona más todavía si se considera que una década atrás este tipo de productos eran prácticamente marginales, con una cuota de mercado que rondaba el 4%, frente al dominio de los intereses variables. Un vuelco absoluto que Elena, una administrativa de 43 años que recientemente ha firmado una hipoteca, ve normal: “A día de hoy es más barato el [interés] fijo que el variable, aunque parezca mentira”, responde al ser preguntada sobre las razones que le llevaron a optar por un préstamo del primer tipo.
Elena reconoce que en su caso no tuvo que hacer grandes cábalas para ver si, arriesgándose un poco a una futura subida de los tipos, lograba arañar un ahorro con una hipoteca variable: “Directamente en el banco me dijeron que era más cara”, asegura, “te lo ofrecen porque están obligados, pero para que no lo cojas”. Todos los cálculos los dejó para la parte de productos vinculados que, a cambio de una rebaja sustancial del precio del préstamo, tuvo que contratar con su hipoteca, como un seguro de vida, un seguro de hogar y una alarma. “Salen más caros que un producto fuera del sistema bancario, pero me compensa con lo que me baja el tipo de interés”, explica al teléfono.
El caso de la administrativa no es una excepción ni mucho menos, según los expertos del sector. Juan Villén, responsable del departamento hipotecario del portal Idealista, indica que “hay entidades que están fomentando brutalmente la parte de hipotecas fijas” y cree que en el mercado es determinante “qué te vende el banco”. Y coincide Carles Solé, gerente de formalización hipotecaria de Tecnotramit, en que “un factor esencial es el beneficio de las entidades financieras”. Estas, desarrolla, “siempre buscan la mayor rentabilidad” y en estos momentos la han encontrado en la combinación entre unos tipos fijos que “aunque no sean elevados, aseguran unos beneficios” y la oferta de productos vinculados, sin cuya contratación el préstamo pierde atractivo.
Precios que se igualan
Del lado de los consumidores, Solé cree que el precio es fundamental para entender lo que está pasando. “Riesgo con el variable siempre ha habido, pero antes las hipotecas fijas no competían”. Aunque las variables siguen siendo más baratas, según los tipos medios de la última estadística del INE la diferencia se redujo en abril a poco más de medio punto porcentual. Villén destaca ese dato, cerca de mínimos históricos, y señala que, ante esa pequeña diferencia, funciona un segundo factor de orden psicológico: “El miedo a la inflación hace que a la gente le dé tranquilidad contratar un interés fijo”. En otras palabras, el temor a futuras subidas del precio del dinero hace que los prestatarios prefieran pagar un poco más ahora mismo, a cambio de saber cuál será la cuota durante toda la hipoteca.
La pequeña diferencia de precio que detecta el INE es todavía más estrecha según los cálculos de la Asociación de Usuarios Financieros (Asufin). Esta, en su barómetro de este mes, calcula a partir de la Tasa Anual Equivalente (la TAE, que mide el precio real del préstamo) que las hipotecas fijas y las variables se han igualado prácticamente cuando se les unen otros productos vinculados, con un 2,37% de interés medio las primeras y un 2,35% las segundas. Hace un año la distancia era de 0,6 puntos porcentuales.
Para Patricia Suárez, presidenta de Asufin, el cambio de estrategia comercial de los bancos “para el cliente no es mala opción, porque la cuota que les queda es baja”. Pero sí muestra “preocupación” por las vinculaciones. Estos productos que se ofrecen voluntariamente, ya que legalmente no se puede obligar a su contratación, muchas veces se convierten en “vinculaciones forzadas” por las circunstancias. Según Suárez, esto sucede especialmente cuando confluyen “la comodidad del consumidor por no buscar otra cosa” y entidades “que apuran mucho para dar las condiciones definitivas antes de firmar”. En Asufin piden prestar especial atención a este tipo de productos complementarios para calcular bien lo que se gana y lo que se pierde al contratarlos y no dejarlo para el último momento, cuando por ejemplo un contrato de arras a punto de expirar puede llevar al prestatario a aceptar una hipoteca de manera precipitada para no perder el inmueble y la señal que ha dado.
Atentos a Fráncfort
Todas estas consideraciones domésticas tienen su origen, en realidad, en decisiones que se toman a miles de kilómetros de distancia, en Fráncfort. “Al final lo que está en el corazón de este asunto siempre es la política monetaria, lo que haga el Banco Central Europeo”, indica Francisco Vidal, economista jefe de Intermoney. La “gran clave”, explica, es el tipo de interés de la facilidad de depósito, en negativo desde 2014 y que hace que las entidades puedan ofrecer préstamos tan baratos. Y la causa última es que hay “una economía debilitada que necesita un apoyo de la política monetaria”.
La crisis del coronavirus no ha variado ese hecho, dice Vidal, lo que hace que “la visibilidad a medio y largo plazo” para la economía europea siga siendo “bastante escasa en cuanto a capacidad de mejora”. Por eso el experto pide prestar menos atención a la inflación, que según las estimaciones subirá hacia final de año pero volverá a situarse por debajo de lo que el BCE desea en 2022 y 2023, y más a la recuperación económica. “La clave es la intensidad del repunte y lo importante es que va a ser controlado y muy medido desde Fráncfort”, estima el economista, quien subraya que la mejoría “no va a hacer necesario ni aconsejable un grado de generosidad como el actual” en los estímulos del BCE.
En definitiva, es esperable un encarecimiento de los préstamos en los próximos meses en comparación con la excepcionalidad actual. Pero la sensación es que quedan hipotecas fijas para rato. “Al final, en el mundo en el que vivimos, la realidad es que los tipos bajos van a permanecer durante muchísimo tiempo”, valora Vidal. Solé, de Tecnotramit, añade que “si es un referente lo que hacen los vecinos europeos, no solo estamos en máximos de hipotecas fijas, sino que estas se incrementarán”.
Fuente: El País
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